Seguramente hayas oído hablar en multitud de ocasiones sobre los hackers. Hoy en día, la importancia de los medios tecnológicos en nuestro día a día trae consigo que las personas, empresas e instituciones sean vulnerables a posibles ciberataques. Por ello, es importante tener un mínimo conocimiento sobre los términos relacionados con el mundo digital y la ciberseguridad.
En este artículo te explicamos los conceptos de hacking, hacking ético, y las diferencias entre ambos. Continúa leyendo para conocer cómo las empresas hacen frente a estos nuevos riesgos digitales.

¿Qué es un hacker?
Aunque la palabra hacker está generalmente asociada a los cibercriminales, en su origen hacía referencia a personas que resolvían problemas valiéndose de sus conocimientos de programación y otras habilidades técnicas.
Es cierto que muchos de estos hackers utilizan sus conocimientos para fines criminales pero existen variantes del hacking destinadas, por ejemplo, a mejorar la seguridad.
Los hackers que cometen ciberataques no autorizados son llamados “Threat actors” o “Black hat hackers” y, debido a la aparición de figuras como Anonymous, son los más destacados por su numerosas apariciones en los medios de comunicación.
Sus actuaciones pueden tener fines muy diversos, pero normalmente se basan en la sustracción de información, la inyección de malware, el bloqueo de documentación sensible, etc. Muchos de ellos utilizan métodos como el envío de archivos o enlaces infectados a sus objetivos.
Sin embargo, existen muchos más tipos de hackers:
- “Gray hat hackers”: se dedican a actividades criminales, pero sin efectuar daño innecesario en los equipos que infectan.
- “Red hat hackers”: funcionan como vigilantes, intentando evitar ataques de cibercriminales.
- “Blue hat hackers”: también conocidos como hackers vengadores, utilizan sus conocimientos como medio para vengarse de individuos, empleadores y organizaciones.
- “Hacktivists”: son organizaciones dedicadas a utilizar el hacking como motor de cambio político, social, etc.
- “White hat hackers”: también llamados hackers éticos, son contratados por las organizaciones para mejorar la ciberseguridad de sus archivos, programas y webs.
En este artículo te hablaremos de los “White hat hackers» y de sus prácticas y objetivos más comunes.
¿Qué es un hacker ético?
Los “white hat hackers», también conocidos como hackers éticos, son personas que utilizan sus conocimientos de informática, ciberseguridad y programación para buscar y corregir de forma autorizada vulnerabilidades en la seguridad de las organizaciones.
Dicho de otra forma, los hackers éticos tienen como objetivo investigar en busca de puntos débiles que los ciberataques puedan emplear para secuestrar o destruir archivos, programas o sistemas informáticos. Recogen y analizan la información para averiguar cómo reforzar la seguridad de estos puntos débiles. De este modo, pueden mejorar la huella de seguridad de las organizaciones para que resista mejor los ciberataques.
Los hackers éticos son la prueba de que este dicho popular sigue vigente: «se necesita un ladrón para atrapar a un ladrón».
Funciones del hacking ético
Entre sus funciones destacan la búsqueda y solución de problemas producidos por las siguientes situaciones:
- Infección por malware
- Cambios en la configuración de seguridad
- Exposición de datos sensibles
- Violación de los protocolos de autenticación
Normalmente, este tipo de profesionales se valen de un código ético para su trabajo. Los principales aspectos que deben tener en cuenta son los siguientes: mantenerse dentro de la legalidad, definir el alcance de las actuaciones para que la empresa pueda dar su visto bueno, informar de todas las vulnerabilidades existentes, y respetar los datos sensibles.
Diferencias entre hackeo y hacking ético
Aunque las técnicas utilizadas sean las mismas en ambos casos, podemos diferenciar el “white hat hacking” del “black hat hacking” gracias a los objetivos con los que se realizan los ataques. Sin embargo, en muchas ocasiones, la línea que separa ambos tipos de hackeo se difumina y aspectos subjetivos como la ideología, el concepto del bien y del mal o los valores personales juegan un papel fundamental.
Por ejemplo, el hackeo de dispositivos móviles por parte de los estados ¿es hacking ético? Hoy en día, consideramos que sí, siempre que se haga persiguiendo el bienestar y la seguridad de la población, incluso aunque estos ataques se realicen sin el consentimiento de las “víctimas”.
Este tipo de hackeo se denomina “border crossing”, y suele estar en el ojo del huracán por su polémica naturaleza. Sin embargo, en la mayoría de los casos, este tipo de actuaciones permiten salvar vidas y combatir el crimen.
La diferencia fundamental entre ambos tipos de hackers radica en los objetivos perseguidos. Los “Black hat hackers” utilizan sus conocimientos para conseguir información que les permita enriquecerse, crear problemas para las instituciones y personas atacadas, o extorsionar a las víctimas del hackeo.
Por otro lado, los “white hat hackers” trabajan para detectar las posibles fallas de ciberseguridad, y así poder arreglarlas para reducir riesgos ante posibles ciberataques.
Aunque existe esta gran diferencia de fondo, ambos tipos de hackers utilizan las mismas técnicas y herramientas. Te lo contamos a continuación.
¿Cómo se hace el hacking ético?
El hacking ético afecta a diversas áreas dentro de las organizaciones. Hoy en día, la mayoría de empresas o instituciones públicas guardan información en formato digital. Esta información puede afectar a cualquier ámbito.
Por ello los hackers éticos deben realizar los llamados “test de penetración”. Estos test se realizan periódicamente y consisten en la búsqueda de fallos de seguridad existentes en los sistemas digitales de las organizaciones. Suelen seguir las siguientes fases: reconocimiento, escaneo de la red, acceso a los sistemas, escaldado de información y borrado de pruebas.
La diferencia fundamental entre ambos tipos de hackers radica en los objetivos perseguidos.
Los tests más comunes están relacionados con la verificación de seguridad en pasarelas de pago, usuarios, contraseñas y simulación de ataques web. Este tipo de pruebas se realizan utilizando protocolos TIP/IP, por lo que son denominadas tests de penetración en IP. Generalmente, se buscan virus o malware que pueda afectar la integridad de archivos y sistemas. Algunas de las vulnerabilidades más comunes descubiertas por los hackers éticos son las siguientes:
- Ataques de inyección
- Autenticación rota
- Configuraciones erróneas de seguridad
- Uso de componentes con vulnerabilidades conocidas
- Exposición de datos sensibles
Los hackers éticos deben contar con una serie de capacidades específicas que son fundamentales para su trabajo. Es clave tener un amplio conocimiento de los principales sistemas operativos. Se debe conocer a fondo la arquitectura web y los protocolos de ciberseguridad. Además, es fundamental estar al día sobre la mayoría de variantes de ciberataques que existen.
Dada la naturaleza de su trabajo, hay una serie de habilidades personales que pueden ayudar mucho en su día a día: la capacidad de aprendizaje, la capacidad de resolución de problemas, las habilidades de comunicación y la ética profesional. Todas ellas son claves para convertirse en un buen hacker ético.
¿Te gustaría convertirte en un hacker ético? Actualmente existen titulaciones oficiales para conseguirlo. En la mayoría de estos programas formativos adquirirás conocimientos sobre ciberseguridad, ingeniería web.
Antes de acceder a estos cursos, es conveniente que preguntes si están validados por el EC Council, autoridad que se encarga de verificar las licencias para ofrecer este tipo de servicios. Aunque, existan instituciones en las que puedes formarte, debes tener en cuenta que este tipo de trabajo requiere mucha constancia, dedicación y la capacidad de estar actualizado durante todo el tiempo.